Descripción:
Conocida popularmente en la medicina ayurveda de la India, la ashwagandha (Withania somnifera) es una de las plantas medicinales de la familia de las solanáceas que ha sido utilizada durante miles de años por sus múltiples propiedades y beneficios para el ser humano.
La ashwagandha presenta en sus hojas, tallos y raíces varios compuestos bioactivos (aproximadamente 35) como los taninos, flavonoides, alcaloides, glucósidos y lactonas esteroides. Al conjunto de alcaloides esteroideos y las lactonas se los conoce como withanólidos y actúan como antioxidantes.
La ashwagandha presenta muchos impactos positivos en la salud de las personas. A continuación, te presentamos ocho de sus tantos beneficios:
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Controla la ansiedad y el estrés: gracias a sus propiedades adaptógenas, la ashwagandha se utiliza como remedio natural para estabilizar el estado del ánimo, ya que actúa sobre el cortisol, reduciendo el estrés y disminuyendo los niveles de ansiedad.
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Evita el deterioro de las funciones cognitivas: los componentes bioactivos de la ashwagandha, sobre todo el withanólido A y la whitanona, poseen propiedades nootrópicas lo que significa que mejoran la actividad cerebral, estimulando la memoria y favoreciendo y facilitando la capacidad de aprendizaje. Existen estudios realizados en personas con deterioro cognitivo leve en los que se han obtenido resultados positivos gracias a la ashwagandha.
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Mejora las funciones del sistema reproductivo: existen evidencias que la ashwagandha favorece la fertilidad en hombres sanos e incrementa la calidad del esperma, ya que mejora la motilidad de los espermatozoides y aumenta el volumen y la concentración espermática. Además, aumenta los niveles de testosterona.
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Mejora el rendimiento físico: estudios sugieren que esta planta puede incrementar el desempeño físico, puesto que incrementa el consumo máximo de oxígeno y aumenta los niveles de fuerza.
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Previene y retarda el daño celular: por sus propiedades antioxidantes, la ashwagandha es capaz de eliminar los radicales libres del sistema inmune, previniendo y retrasando los daños producidos en las células. Por ende, su papel es clave en la prevención de ciertas enfermedades.
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Favorece el sueño: la ashwagandha facilita el sueño y ayuda a mitigar el insomnio. De hecho, estudios realizados en ratones han comprobado que, gracias a los compuestos químicos presentes en la planta, la fase correspondiente al sueño profundo se asienta.
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Alivia los dolores por inflamación: por sus propiedades antiinflamatorias reduce los dolores producto de inflamaciones, por ejemplo en pacientes con artritis o artrosis.
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Tiene un papel terapéutico en los trastornos relacionados con el Sistema Nervioso Central (SNC): estudios realizados en los componentes activos de la ashwagandha indican que esta planta puede ser utilizada para tratar enfermedades como el Parkinson y el Alzheimer.