La cúrcuma es una especie color amarillo mostaza que viene de la planta de cúrcuma. La cúrcuma se ha usado en India y China por mucho tiempo para tratar varias enfermedades, especialmente para tratar problemas estomacales y hepáticos, y se ha usado también como antiséptico. El ingrediente activo de la cúrcuma es la curcumina, un tipo de polifenol.
Uno de los usos más viejos de la cúrcuma es para tratar las enfermedades hepáticas. Estudios recientes demuestran que la curcumina, su ingrediente activo, ayuda a prevenir enfermedades hepáticas y en algunos casos, puede incluso revertir el daño.
Otro aspecto prometedor de la curcumina es en su prevención y tratamiento de Alzheimer’s. De hecho, la curcumina ha demostrado que ayuda a prevenir la depresión en ratones.
Otro gran aspecto de la curcumina y la cúrcuma es su habilidad para prevenir y combatir cáncer, especialmente cáncer de colon. Y cuando la curcumina se combina con un compuesto del aceite de oliva, incluso ha demostrado que ayuda a combatir algunos tipos de artritis.
Uno de los más grandes beneficios de la cúrcuma es que ayuda a combatir la inflamación. La inflamación crónica afecta a más personas de las que te imaginas. Aunque no la sientas, puede elevar tus riesgos de enfermedades del corazón, cáncer, diabetes, osteoporosis y básicamente cualquier cosa que pueda fallar con el cuerpo. Todos nos podemos beneficiar de alimentos que combaten la inflamación, como la cúrcuma.
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Por: Nutrióloga Daniela Paciuc