Los adaptógenos son compuestos que tienen la habilidad de prevenir los efectos físicos y químicos del estrés. Aunque aún no se conocen los mecanismos de acción de muchos de ellos, se sabe que funcionan para mejorar la ansiedad, el rendimiento físico, son anticancerígenos, mejoran el sistema inmune, y más.
La raíz de Ashwagandha es de los adaptógenos más famosos que hay. Es una hierba medicinal que se usa mucho en la Ayurveda. Desde hace muchos años se ha usado en India y África, pero últimamente ha enamorado a muchos en el occidente por su habilidad para calmar a los que están estresados y ansiosos.
La raíz de ashwagandha es especialmente atractiva por su habilidad para fortalecer y calmar al sistema nervioso. Tomada a largo plazo, puede ayudar a sanar tejidos, a disminuir la respuesta negativa ante el estrés y a incrementar niveles de energía. En lugar de pensar en ella como una hierba para el insomnio, se toma a largo plazo para restaurar la salud del sistema nervioso y los ciclos saludables de sueño.
Mientras que algunos adaptógenos, como el ginseng, pueden ser muy estimulantes para personas con ansiedad, la ashwagandha disminuye la ansiedad y calma al sistema nervioso. Es una hierba para personas con ansiedad o personas con fatiga que no necesitan estimulantes, pero que necesitan un buen descanso.
La ashwagandha también apoya la salud del sistema inmune. Es excelente para personas con desórdenes del sistema inmune como infecciones crónicas o personas que tienden a contraer muchas enfermedades respiratorias. Incluso se ha usado en pacientes con cáncer para tratar la fatiga relacionada con la enfermedad y mejorar la calidad de vida en pacientes pasando por quimioterapia. Como la ashwagandha ayuda a construir tejido, se ha usado en muchas enfermedades degenerativas y crónicas, como artritis, fibriomialgia y fatiga crónica también.
Personalmente, le recomendaría la ashwagandha más a personas con problemas para dormir, para personas que sufren de ansiedad, para personas con artritis y/o con condiciones autoinmunes. La dosis más chica y efectiva es de 300 – 500 mg al día. La dosis óptima es de 6 gr al día, dividido en 3 dosis de 2 gr.
El reishi es un hongo que se usa más que nada para mejorar al sistema inmune. Infecciones virales como la influenza, condiciones pulmonares como asma y bronquitis, enfermedades del corazón y condiciones como hipertensión y colesterol alto, enfermedades renales, cáncer y enfermedades hepáticas.
Los hongos reishi también tienen azúcares complejos conocidos como beta-glucanos que ayudan a detener el crecimiento de células cancerígenas. También tienen esteroles que actúan como precursores a hormonas en el cuerpo, junto con sustancias que pueden ayudar a bajar la presión. Los hongos reishi incluso han demostrado que ayudan a disminuir la coagulación.
Por: Nutrióloga Daniela Paciuc